lunes, 2 de mayo de 2011


Teveo

Por Álvaro González Uribe, abril 9 de 2011

Cuando el taxi estaba a punto de pasar por el parque situado al frente del viejo cementerio San Miguel en el centro histórico de Santa Marta, pese al vallenato de Jorgito Celedón que sonaba dentro del vehículo alcancé a escuchar afuera la música de tamboras. A mi izquierda, por la ventanilla entre las cortinas con los colores del Unión Magdalena -“El Ciclón Bananero”- vi un cuadro espectacular, de esos que si bien ya no me sorprenden luego de vivir por cuatro años en esta inquieta tierra sombrero de mago, nunca me dejan de conmover y recordar que resido en la cuenca del Caribe, en Macondo.

Era una marcha ordenadamente desordenada que se dirigía hacia el cementerio, y arriba, encima de la multitud que cantaba entre las tamboras, sobresalía un ataúd marrón blanqueado con maicena que danzaba al ritmo de la cadenciosa pero alegre música callejera: a un lado, al otro, arriba, abajo, adelante, atrás, ¡ay hombe!

Habían transcurrido sólo dos semanas de la celebración del carnaval de Santa Marta -pionero en Colombia, aunque menos famoso hoy que el de Barranquilla- lo cual me hizo pensar que estaba retrasado el entierro de “Joselito Carnaval”, forma como terminan estas fiestas en la región Caribe.

Pero no, dos días atrás había muerto “Teveo”, el propio, el músico popular más popular de Santa Marta; natural y siempre residente en el tradicional barrio Pescaito donde se criaron y aprendieron a jugar fútbol para Colombia y el mundo El Pibe Valderrama, Falcao García y numerosos futbolistas samarios. Teveo se llamaba Pedro Modesto del Valle, y durante medio siglo fue el mejor intérprete de la música de tambora, el ritmo folclórico típico de la ciudad.

“Probablemente, lo que hoy se conoce como Fandango, Tambora o Guacherna Samaria, ha sido el resultado de varios procesos de intercambios culturales, una especie de hibridación cultural que ha tenido transformaciones en los últimos tiempos debido a las múltiples influencias foráneas y cambios generacionales. Según testimonio de los maestros Germán Hernández y Pedro del Valle [Teveo] entre otros, la música tradicional de Santa Marta se arraigó en la ciudad debido a la confluencia y aporte de muchas culturas provenientes de varias regiones del Caribe colombiano, especialmente del departamento de Bolívar (…).

Al parecer, en tiempos pasados la sonoridad samaria tenía un estilo ‘cumbiambero’ sin intervención de instrumentos aerófonos (pito cabeza de cera y flauta de millo) predominaba el canto grupal y el toque de tambores (llamador, repicador, güiro y guache). El panorama actual es diferente. Tanto el color como el estilo sonoro samario es muy particular en el contexto Caribe colombiano. La tambora o guacherna samaria ha adquirido características propias de la región. Presenta una forma única de identidad con sentido de pertenencia, es decir, es una práctica sonora muy típica de la ciudad de Santa Marta…”(1)

Esa música de tambora (descrita en la cita por el músico, docente e investigador Manuel Antonio Rodríguez A.) a cuyo ritmo bombean los corazones de los samarios más samarios, con la muerte de Teveo seguramente culminará otra etapa más de su evolución, pero iniciará otra enriquecida con la impronta perenne del maestro Pedro Modesto del valle que tanto tiempo alegró esto en la calle.

Hoy un pescaitero, tamborero de tradición el viejo Te veo Pedro Modesto del Valle Rúa murió en las horas de la mañana. El sepelio es el jueves 24 de marzo a las 10 a.m. en Santa Marta. Y que suenen las tamboras” (María Elisa Alfaro). “El día se ponía bello cuando te veo tocaba la tambora” (Hernán Granados). “Coño se nos fue un grande, q.d.e.p.” [sic] (Jaime Mejía). “Si se muere un tamborero queda el eco en el ambiente... (Juan José Martínez). Éstos son algunos de los dicientes comentarios sobre la muerte de Teveo en la cuenta “Carnaval de Pescaito” en Facebook.

Durante 50 años la tambora de Teveo amenizó las mejores rumbas populares de la Perla de América y es inmensa la tristeza de sus fans. Pero la tristeza de ese entierro lucía otro vestido de luto. No era ese que se manifiesta con llanto y miradas bajas, pues era una tristeza que sólo podía despertar cantos y jolgorio porque así vivió Teveo: al son del ritmo caribe y de la alegría “porque-sí”. Aunque tengan conexión con el alma o los recuerdos, dolor y llanto quizá no son más que formas aprendidas de manifestarse ante ciertos hechos. Puede haber otras maneras menos ortodoxas y más lógicas según el motivo, como cuando muere alguien que dedicó su vida a derramar la alegría que lo inundaba.

Encima del cortejo carnavalero, izado por fuertes brazos mestizos y morenos, se elevaba el cajón en un baile sabroso y alegre, como si el muerto estuviera adentro danzando o tratando de escaparse para bailar y cargarse él mismo para no perderse su propia última fiesta. Bajo el sol picante quienes cargaban a Teveo se movían al ritmo de las tamboras luctuosas y guapachosas.

También en estos días murieron Liz Taylor, Gloria Valencia de Castaño y Sonia Osorio, célebres de la farándula y del arte, talentosas cada una en su campo como lo fue Teveo en el suyo. Las ilustres y geniales damas mojaron más prensa que el músico samario, pero como ellas Teveo dejará un gran vacío y su obra y recuerdos quedarán para siempre resonando en el aire al vaivén de la caprichosa “Loca”, y en los oídos y en el corazón de muchos habitantes de esta ciudad dos veces santa, dos veces alegre y dos veces maravillosa. Total, la eterna niveladora se encargó ya de darles el mismo lugar a estos cuatro recientes idos, ni más arriba ni más abajo, ¿ajá?

Continuamos el camino rodando por la vía…, a la izquierda quedó el parque de San Miguel con el cortejo fúnebre-rumbero que ya empezaba a traspasar las puertas del cementerio, y al mirar atrás alcancé a ver por última vez el danzante ataúd que parecía con vida propia, aún elevado por los brazos de los compadres como una ofrenda hacia el luminoso cielo samario de aquella tórrida tarde de marzo. ¡Gracias, paz y juepajé en tu tumba gran Teveo!
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(1) Rey Sinning, Edgar: “Esplendor y decadencia de los carnavales samarios”. Observatorio del Caribe Colombiano: “Cómo es Santa Marta al final del siglo XX”; Citados en Rodríguez A, Manuel Antonio: “La Guacherna samaria, un estilo musical y dancístico urbano muy particular”, disponible en http://www.musicalafrolatino.com/pagina_nueva_61.htm (fecha de acceso 15-4-11, 6:30 a.m.).

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